domingo, 3 de mayo de 2015

...

No sé dónde estoy. Ni mi mente tampoco. Tantas cosas en tan pocos días y tampoco tiempo para asimilar. Sin tregua, ni cuartel; una abrumadora pesadumbre emocional se ha apoderado de mí para arrebatarme hasta la más miserable migaja de coherencia y sumir mis aspiraciones en una danza de tinieblas.

Hoy estoy sin rumbo, a la deriva de los devaneos coyunturales. Buscando sentido a demasiadas cosas, sin resultados, calibrando la desazón. Harto de continuas frustraciones, de invertir en fracasos, de gritar en silencio. A punto de explotar de una u otra forma.

Vivo en una jaula de barrotes de oro. Todo es fácil, no hay por qué hacerse preguntas; extremadamente complicado para una mente que no descansa. Ganas de volar hacia ningún lugar. Mañana será otro día para seguir engañándome con un presente que no funciona, pasado ya veremos…